Julio Alonso es un periodista
español. Cubre conflictos desde los diecinueve años y realiza tareas
humanitarias. Colaboró en la evacuación de niños afectados por bombas químicas
de la frontera del Sur del Líbano. Participó con el equipo de emergencia de
coordinadora de ONG, en el caso del terremoto de Haití, para la provisión de
medicamentos y traslado médico, en una labor conjunta con el URUBAT. Trabajó en
el Proyecto de Alerta Temprana contra la violación masiva de mujeres en zonas
donde estos hechos son una situación cotidiana. Presentó pruebas en el Tribunal
Penal Internacional de La Haya, junto a su colega Iván Durán, sobre el genocidio en
Darfur. Tras rescatar a dos testigos de las matanzas en Muckjar y Bindisi y
mediante la localización de fosas, se emitió la orden de captura de un
presidente sudanés implicado en esos hechos.
El prestigioso reportero piensa
que el periodismo no es sólo cubrir fríamente lo sucedido, sino mostrar un
fuerte compromiso social. Es arriesgarse a denunciar verdades. Es alcanzar
medicinas, abrigo y comida en zonas de
desastre y de crisis. Es por ejemplo, como lo hizo Julio junto a Álvaro
Carballo - periodista uruguayo - acercar una cajita de colores, porque los niños en la guerra también
necesitan libritos para colorear.
Para más información:
Durante un encuentro con
estudiantes de periodismo en la Sala de Actos de la Universidad de Trabajo del
Uruguay (UTU Central) en que reveló los horrores de la guerra, expresó que la
dignidad se suprime en esa forma de muerte humana.
¿Cuál fue la cobertura más
difícil que le tocó hacer?
Cobertura difícil físicamente,
como conflicto, el de Bosnia, para mí ha sido el más complicado. Sobre todo
porque era el más largo, el que más o menos además terminabas implicándote, y
te afectaba directamente, porque era un conflicto que estaba a dos horas de
vuelo de mi casa ¿no? Entonces yo me montaba en un avión y en dos horas llegaba
a Croacia y en Croacia empezaba la guerra. Y luego la cobertura más difícil fue
una investigación que hice sobre el batallón 101 de Argentina, que era un
batallón dedicado a la represión y digamos que se reorganizó en una mafia de
narcotráfico y hasta que logré demostrar mi inocencia estuve dieciocho meses en
la cárcel en España. Fue una experiencia por un lado dura y por otro lado muy
satisfactoria, primero porque logré salir bien y logré demostrar que lo que contaba
era verdad. Aparte hice un documental, dentro de la cárcel donde estuve, hecho
por los propios internos y monté un taller de televisión. Entonces, por un lado
me compensó, pero por otro fue lo más duro porque, claro, para mi familia, para
mucha gente, la pelea fue demasiado dura como para que la aguantara. Son los
dos recuerdos..., como conflicto, el de Bosnia, me parece uno de los peores que
he podido cubrir, y como experiencia periodística esa investigación que luego
salió bien, pero fue un precio muy alto el que tuve que pagar. Me alegro de
haberlo pagado, pero dolió.
¿Qué significa la muerte para
usted?
La muerte de un ser querido
significa un dolor inmenso. Y la muerte propia, que me imagino que es lo que me
preguntas, me parece que es como una cosa más de mi trabajo. Suena a valiente,
pero es muy cobarde, y suena a prepotente, pero es de lo más humilde. Es decir,
yo pienso que muere mucha gente, ¿no? entonces, si tú no vas a contar que muere
gente, van a morir más. Y si tu muerte...es decir, la muerte de un periodista
suele tener una repercusión, por desgracia, positiva porque de repente el mundo
gira la cabeza y se da cuenta de lo que está pasando . Pues, a lo mejor, la
muerte de un periodista en un conflicto es hasta positiva. Entonces , si me tocara,
lo afronto como una cosa muy natural y como algo que merece la pena ¿no? Yo
espero no morirme, pero si me muero...mi hija tiene instrucciones, con mi hijo
ya lo hemos hablado, aunque tiene seis años, y mi pareja que es periodista y
también hace lo mismo que yo, y ahora está un poquito más retirada, lo asume.
Es un gaje del oficio que asumimos, que nunca queremos conocer esa parte del
oficio ni quiero ver mi funeral, pero ...pero ocurre.
¿Es difícil para su esposa
equilibrar su trabajo con su maternidad?
Hombre, no es difícil, lo único
es que, la cosa para la mujer es que ella es la que tiene el niño al principio
¿no? Luego ya ha crecido. Y lo que pasa es que uno de los dos ha decidido bajar
los riesgos y ha preferido ella bajar los riesgos, cosa que yo lo agradezco, no
tanto por el periodismo, sino porque estoy metido en programas de cooperación y
de protección a minorías vulnerables, a investigaciones para Tribunal Penal
Internacional de Derechos Humanos, y me parece, bueno, que eso no tenemos que
dejar de hacerlo. De hecho, cuando venimos a Proyectos como el que hemos estado
haciendo en San José, venimos los dos juntos. Es un proyecto que sí podemos
compartir con nuestro hijo. Hemos trabajado mucho juntos, tanto en el
periodismo como fuera, en proyectos humanitarios. Entonces, en esto me ha
dejado un poco a mí ser el que siga viajando y el que siga jugando un poco con
este mundo extraño.
"Pertenezco a un grupo de
gente que está documentando ahora mismo violaciones en el Congo y está
aportando a la ONU, gracias a la colaboración además de los cascos azules
uruguayos, a detenerlas y a que el mundo se entere de que las violaciones masivas
que se están utilizando como un arma de guerra, son un delito que hay que
pararlo y se puede parar."
La realización del documental
‘Darfur, pruebas del genocidio’ ha sido una odisea en sí misma. Julio Alonso e
Iván Durán tuvieron que entrar dos veces en Darfur para poder realizarlo. La
primera, para conocer la zona. La segunda, desde el Chad y la República
Centroafricana, para grabar los testimonios.
Julio e Iván visitaron zonas de
Darfur donde la prensa internacional ya no puede llegar porque es sumamente
inseguro, complicado y porque el Gobierno de Sudán ya no concede visados a los
periodistas extranjeros. Apenas quedan agencias humanitarias trabajando en esas
zonas, y las que hay no quieren ser entrevistadas ante las cámaras por miedo a
que Jartum tome represalias. El documental está grabado con cámaras Dv Cam, un
modelo que pasa casi desapercibido, y las cintas tuvieron que ocultarse en
lugares insospechados para que no fueran incautadas durante las semanas que
duró la grabación.
Primera parte del documental Márgenes en guerra:
CIVILES -
"Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata" - (Eduardo Galeano, escritor uruguayo.)
La serie documental Márgenes en guerra producida
en 2003 y dirigida por Julio Alonso es un recorrido por conflictos bélicos, que
muestra a quienes se involucran en dichos sucesos: ideólogos, soldados, civiles
y reporteros.
Rosemarie Martínez Romano
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